La ingratitud: es la actitud contraria al agradecimiento, muestra la actitud distante y poco considerada de una persona que no valora los gestos de los demás o los detalles positivos que alguien haya podido tener hacia él. De este modo, una persona que es ingrata olvida con facilidad estos detalles.
Se considera una persona ingrata a aquella que tras haber recibido ayuda de alguien, olvida pronto esta ayuda y no corresponde del mismo modo en caso de que la situación sea a la inversa. Una persona ingrata responde con indiferencia hacia este tipo de comportamientos que la persona agradecida valora tanto. Hoy día esa actitud humana va perdiendo sus valors, vemos a muchos hijos ingratos, quienes en vez de dedicar estos días de sana reflexión que eran la Pascua, para visitar a sus padres y llevarles una caja de alegría, prefirieron quedarse en sus casas o entonces, veranear por alguna playa brasileña, olvidándose completamente que alguna vez hubo un progenitor quien les dio la vida y que hoy día vegetan olvidados y abandonados, esperando con ansias al menos una llamada telefónica de sus hijos, pero reciben apenas la indiferencia como regalo de pascuas. Es mejor que nos reunamos en la vida y no en un sepelio