LA HISTORIA DEL “REY DE LA SOJA Y LA SIN – VERGUENZIA” FAVERO

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Un imperio basado en estafas

(Primera Parte)

Esta es la historia de un brasileño que ingresó al Paraguay en el año 1968 con una valija de madera en la mano y una motosierra en la otra. Hablamos de Tranquilo Favero, oriundo de Chopinzinho, Santa Catarina, el mayor terrateniente del Paraguay, quien hace más de 40 años está afincado en nuestro país, al cual llegó pobre y terminó rico, gracias a sus tejes y manejes. Según fuentes fidedignas y publicaciones de otros medios capitalinos e internacionales, es tan poderoso que incluso logró la destitución del presidente en ejercicio Fernando Lugo, en complicidad con Frauderico Franco y el actual presidente Manuel Jara Cartes, además de un congreso dominado que en tres días decidió la destitución de Lugo, sin derecho siquiera a defenderse.

Favero es un símbolo. En un país aún dividido por desigualdades profundas y esquematismos superficiales, el empresario rural es visto como exponente de una nueva clase económica prohijada por la dictadura stronista, la que llegó del Brasil atraída por los precios regalados de las mejores tierras cultivables en la frontera Este; la que situó al Paraguay como cuarto país productor y exportador mundial de soja, al costo de depredar las milenarias selvas y alterar en forma radical el medio ambiente y el clima.

A Tranquilo Favero, el zar de la soja, la deforestación le significó ganancias por vía doble: por un lado el comercio de la madera y por el otro lado el negocio de los granos. Se echa todo lo que hay, se envía la madera preferentemente a Brasil para su procesamiento y luego se riega el mapa de granos trasgénicos, con semillas importadas de Monsanto, y se fumiga con el veneno roundup desde avionetas, contaminándose el sistema hídrico y a las familias campesinas obligadas a vivir en las cercanías de los sojales.

Se cuestiona la soberbia y la impunidad en imponer y expandir sin límites un modelo de monocultivo que destruye las tradicionales prácticas de agricultura familiar o de autoconsumo; que acapara las mejores tierras, en muchos casos adquiridas o apropiadas de manera irregular; que viola las leyes ambientales, que pone en riesgo la salud y agrede a comunidades campesinas con el uso incontrolado de productos agrotóxicos; y que principalmente ejerce su fuerza económica y política con agresivos lobbys y tractorazos. Según fuentes, este tiene como compadre a uno de los politiqueros más caraduras y déspotas de este país, Frauderico Franco, muy amigo de HC, ya que éstos eran cómplices supuestamente en la planificación de la masacre de Curuguaty y su consecuencia directa, la destitución de Fernando Lugo. Por eso todo esto, por más que publique el mejor periódico de investigación del país, Abc Color, tiende a que termine en opa´rei, porque si hay que juzgar y colocarlos a la cárcel, estos tres tendrían cadena perpetua, y no en Tacumbú, sino en medio del mar, con una isla previa llamado Guantánamo 2, o sea, en esos buques donde los americanos, según wikileaks, tienen presos a algunas bolsas de arena, los muelen a palos.

Durante mucho tiempo, el símbolo de ese poder permaneció intocable. Ahora, la circunstancial alianza de la izquierda con los senadores colorados disidentes ante el cartismo, ha permitido aprobar en el Senado la expropiación de 11.681 hectáreas en el legendario Ñacunday, parte de las más de 230.000 hectáreas que el Grupo Favero posee en todo el Paraguay.

Sin embargo, este no es el único “golpe” cometido por este brasileño “ex pé rapado” (significa hombre que camina con zapatillas ojota), ya que, según investigaciones

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