Paraguay parece más un país dividido, o sea, dos patrias paralelas. Una donde el presidente de la República Horacio Manuel Cartes Jara se maneja en una burbuja donde están alojados sus amigotes, los empresarios, sus asesores, secretarios presidenciales, su contador, y sus amigos del Norte de las savannas de las regiones inhóspitas, donde ocurren cosas y casos que siempre quedan por el camino, antes de llegar a la capital del país.
Una patria donde él bien se maneja como un megalómano que ingresó de forma irregular al Partido Colorado, utilizando a Calé para un cambio de estatutos espontáneo y hecho a la medida y bañado por una torrente de Benjamin Franklin, más conocido como 100 dólares. Y de esta manera convenció a los convencionales, que él era el kapeto del momento y que el rumbo sería nuevo, pero sin embargo tarde fueron los lamentos cuando la cabeza ya estaba adentro de los convencionales y algunos dinosaurios colo´o, cuando éste hombre Buchanan´s realmente era más un principesco Maquiavelo, que cada día que pasa está demostrando su maldad a flor de piel y no le importan los pobres, la otra patria paralela de este país.
Cuando está en apuros, sale a proponer viviendas por todos lados, pero sin la infraestructura necesaria para una vida digna en esos lugares, ya que carecen de hospitales, escuelas, puestos policiales, supermercados, farmacias, en fin, lo más básico que esté a mano de esas personas que habitan esos lugares, para tener un pasar bien todos los días. Sin embargo solamente cuando las páginas enemigas de los medios lo apuntalan, él sale a tratar de defender con baño maría las ideas de aquellos que ven televisión o leen La Nación, buscando de esa manera idiotizar al pueblo más carente, con propuestas inverosímiles y supuestos gastos en vialidad, salud, educación, vivienda, y derechos del ciudadano. Mientras tanto sus amigos de turno y algunos de tiempos pasados, viven paseándose de jet en jet a cualquier parte del mundo, llevando maletines de Franklins o simplemente un sobre con el título “bonos soberanos”. Para ser cambiados o hacerlos trabajar, como lo hacía siempre éste señor, cuando cuentan las leyendas que fue el hombre que desfalcó el banco y que en este tipo de negociado dicen que es un expert francotirador, como así también su contador, el señor José.