CIUDAD DEL ESTE (ACTUALIDAD, Por Carlos Roa) Una cierta cantidad de mujeres de nacionalidad paraguaya viajan a España bajo engaños y son obligadas a prostituirse, pero otras según “Sonia”, saben perfectamente a que van a dedicarse en la madre patria. Sonia, quien pidió omitir su nombre real, se comunicó para contar la realidad de algunas de las paraguayas que viajan hasta el viejo continente con la intención de dedicarse netamente a la prostitución.
La mujer es paraguaya de 40 años de edad, y hace 14 años vive en Barcelona. La misma se desempeña como jefa en un “bar nocturno”, en donde las trabajadoras sexuales son de distintas nacionalidades. En el lugar trabajan rumanas, dominicanas, marroquíes, cubanas, rusas y africanas.
El “hotel”, como lo llama ella abre sus puertas las 24 horas del día. ¿Hay connacionales trabajando el sitio?, le consultamos, y la misma indicó que prescindieron de ellas..
“Hoy en día ya no trabajamos con paraguayas porque son muy problemáticas y conflictivas. Les gusta drogarse y se pelean entre ellas. Además, como dicen aquí, si una paraguaya no te jode a la entrada lo hace a la salida”, dijo.
Aseguró que la mayoría saben perfectamente a lo que van, pero que al llegar a España para no pagar la deuda del pasaje y del viático, dicen supuestamente que fueron engañadas y llaman a la policía.
“Allí ya es la palabra de ella contra la nuestra y siempre terminamos con problemas”, expresó. En el bar nocturno donde Sonia es jefa, las chicas deben pagar un total de 40 euros por día, este monto es por el desayuno, almuerzo y cena. En cuanto al servicio sexual, aproximadamente cobran unos 50 euros por cada media hora, generalmente suelen atender a unos 15 hombres por día.
Para Sonia estar ahí es una gran responsabilidad, afirma, ya que tiene que ser muy paciente, tratar bien a todas y por sobre todo controlar que no les haga falta nada. “Tengo que estar con ellas en las buenas y en las malas, estar pendiente si se enferman, llevarlas al médico, si están tristes las de debo consolar. Son muchas cosas”, explicó.
Según comentó Sonia, muchas de las paraguayas ahora ya trabajan en su propio departamento y que en el lugar se juntan como 3 o 4 chicas. Luego de fijar residencia, las compatriotas pagan por anuncios en los diarios, para poder recibir en sus casas a los clientes. “Cuando no tienen muchos se van 2 o 3 días a un club, supuestamente para querer trabajar, pero van más para conseguir números de teléfonos de los hombres que van ahí, para luego ofrecer el servicio. Se hacen millonarias”, señaló.