La supuesta cura milagrosa

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EL MMS, PELIGROSO QUIMICO QUE SE VENDE COMO CURA PARA TODO

(Primera Parte)

Lamentable como son las historietas establecidas en nuestro país. Haremos conocer a los lectores en un periplo hecho por periodistas de este medio que recabaron datos de hechos y algunos testimonios. El caso es de la abogada Nila Ovelar, que se dedica a vender el producto conocido como MMS, que no se sabe de dónde viene ni dónde se produce tampoco tiene el sello del Ministerio de Salud, que sí lo tendría sería de otro pensar para los usuarios. Pero en este caso es medio raro, buscando gente para tratar de solucionar sus problemas esta señora Nila es la vendedora de este producto y tienen sus colaboradores. Según personas que conocen más a fondo esa familia, en uno de sus viajes chocaron la camioneta, pero si era conducido por uno de sus hijos, diría que estaba dopado, porque es un gran falopero y estudia medicina en CDE. Hoy en día ella está recibiendo donaciones para volver a comprar la camioneta que usa para sus viajes, además usando el emblema de una iglesia conocida por Génesis, donde ella se presenta como prestadora social para ayudar, sin embargo ella lo que más hace es sacar provecho de esa iglesia, usando a los adeptos, inclusive para tener algunos testimonios que el MMS es la cura del siglo. Existen muchas suspicacias porque la familia de un dia al otro creció bastante y según los informantes, alegaron que esta señora en ningún momento sacó binguito ni la quiniela a la cabeza.

Está cierto que este fármaco conocido como el MMS es positivo para la salud humana. No estamos en contra, solo que hay que constatar si realmente es lo que se dice y si tiene licencia para ingresar al país o simplemente tiene licencia para matar. Hay que ver, esperemos sea el primero y que las cosas se hagan bien desde ahora, porque hay un dicho o adagio “dime con quien andas y diré quien eres”.

El dióxido de cloro es una solución al 28% de clorito de sodio en agua destilada. A pesar de esto, el producto es polémico y despierta recelo entre la comunidad sanitaria. Se conoce como MMS, Solución Mineral Milagrosa, u otros nombres derivados, y consiste en dióxido de cloro, una solución al 28% de clorito de sodio en agua destilada.

Y se vende a partir de unos US$40 el kit, compuesto por MMS al 28%, un frasco de 60 cc con un activador (ácido clorhídrico o cítrico) disuelto al 4%. Sin embargo, existen advertencias sobre que podría producir efectos adversos graves y ninguna institución sanitaria lo reconoce como medicamento. Tampoco está registrado como tal por agencia de medicamentos alguna, incluida la Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA). Los defensores del MMS hablan de “remisiones espontáneas” de casos de cáncer.

Es más, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios emitió una alerta en relación a su uso en 2010, que sigue estando “de plena vigencia”, según confirmó BBC Mundo. También Health Canada, el departamento de salud federal de Canadá, ha advertido en más de una ocasión que “ningún producto terapéutico que contenga clorito de sodio está autorizado para el consumo oral de los humanos”.

La Agencia Nacional de Medicamentos de Chile comenzó a estudiar su uso en el país hace una semana, a raíz de un caso concreto. Información que también le fue confirmada a BBC Mundo.

Sin embargo, el interés hacia el producto sigue creciendo. BBC Mundo tuvo conocimiento de otros testimonios y se pueden contar por decenas los videos en los que gente cuenta su experiencia con el MMS en YouTube y otros canales.

Incluso existe una organización constituída como iglesia, la Iglesia Génesis II de Cura y Sanación, presente en varios países, que promueve el uso del dióxido de cloro, forma a personas para que lo sigan impulsando a los que llama pastores y ha definido una suerte de protocolos de uso del producto.

OBSERVACION: aguardamos comentarios de nuestros lectores sobre el tema, para debatir la cuestión. Porque si es cierto el producto que vende la señora Nila Ovelar realmente cura, y que no tiene ninguna contraindicación, hay que festejarlo. Pero también hay que poner en una balanza la cuestión porque muy bien se sabe que hoy en día hay muchos aprovechadores de las dolencias ajenas.

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