LOS MACHOS TAMBIÉN OIPO´O EN ESTA GUERRA DECLARADA
CIUDAD DEL ESTE (Actualidades, por Carlos Roa) La actualidad más reciente en nuestro país, la guerra de los sexos. Días pasados en Telefuturo en el noticiero Antemeridiano apareció una nota donde muchos hombres quedaron boquiabiertos cuando se difundía la noticia que una mujer le rompía a socos y le pegaba con su propia muleta a su marido. Para muchos esto es un caso insólito porque la tendencia paraguaya de los cavernícolas incluso sudamericanos, es el hombre pegar a la mujer, o sea, aquel que se considera hombre, porque lo cierto y concreto es que a la mujer no hay que pegarla, por más que cometa errores fatídicos, hay que simplemente darle la espalda y que el tiempo lo castigue como debe ser.
Porque una mujer es la que fue el conducto principal para que vea la luz del día y la concepción de la vida y si ella se equivocó en reprocharte o llamarte la atención porque te pasás jugando los sábados de noche o los domingos pikivolley con los amigos y no con tu familia, el culpable es el macho. O aquel que anda con su prima o con su vecina, o alguna yiyi extra por allí y a ella le compra un Smart pone mientras a su señora, por el día de la madre, de 7 hijos, le regala un 1100. Entonces con lo que se vio el otro día en Telefuturo sería e punto inicial o esa toma de valentía de las féminas, en caso que su pareja no le cumpla fielmente, puedan ellas también tomar justicia por mano propia. Claro, también están los lorito oga que no salen de su casa porque la mujer no les deja, otros porque la mujer tiene un sueldo más abultado es el que pone las reglas y él se encarga de cuidar las criaturas, hacer los mandados, e inclusive cocinar. Son pocos, pero hay. Entre todo esto, existen los bravucones, aquel que dice cuando está en su grupo de amigos en caso yo grito más fuerte, y sí, le responde el compañero, cuando tu señora te dice andá lavá los cubiertos, vos le gritás ya vooooy.
Y también aquellos que dicen que él tiene la última palabra en la casa, cuando la mujer dice el día sábado por la noche voy a salir a chupar con mis amigas y él responde cabizbajo y murmurando bueno. Esto hace que no podamos tener otro guión para esta narrativa que solamente llamarlo al nombre de esta película la guerra de los sexos. Esperemos que después del último maleteo que esta señora le propinó a su marido las mujeres no busquen el teju ruguái para corregirle a sus másculos para que éstos entren en la línea de la fidelidad, como dice el pa´i antes que os casara el uno para el otro, hasta que la muerte los separe, Amén.