LA VERDADERA INFIDELIDAD ES CONTRA UNO MISMO

TENDENCIA (Charly Friend) Si bien la infidelidad suele asociarse a la ruptura de la confianza en una relación de pareja, existe una forma de infidelidad aún más profunda y dañina: LA INFIDELIDAD HACIA NOSOTROS MISMOS. Esta traición, a menudo inconsciente, ocurre cuando no nos honramos, no nos respetamos ni seguimos nuestra intuición, sacrificando nuestra esencia para complacer a los demás o encajar en expectativas externas.

La relación más importante es Contigo Mismo

La relación más crucial en la vida es la que mantenemos con nosotros mismos. Es el cimiento sobre el que se construyen todas las demás relaciones. Cuando nos traicionamos a nosotros mismos, damos permiso a los demás para que nos hagan lo mismo, atrayendo experiencias que reflejan esa falta de amor propio.

Las raíces de la infidelidad personal

En muchos casos, la infidelidad hacia uno mismo se origina en un profundo miedo al rechazo, la exclusión o el juicio. Para evitar estas experiencias dolorosas, reprimimos nuestros deseos, talentos y aspiraciones, adoptando comportamientos que nos alejan de nuestra autenticidad.

Las consecuencias de la incongruencia

Vivir en un estado de incongruencia, negando nuestra verdadera esencia, genera una serie de consecuencias negativas:

Depresión, cansancio y enfermedad: La constante batalla interna entre nuestro ser y lo que creemos que “deberíamos ser” nos desgasta física y emocionalmente.

Hartazgo, confusión y falta de propósito: La falta de alineación con nuestros valores y deseos nos lleva a sentirnos perdidos y sin rumbo en la vida.

Sensación de fracaso: No alcanzar nuestras metas o sueños, por no perseguirlos con autenticidad, nos genera una profunda sensación de fracaso.

Identificando la infidelidad personal

Para reconocer si estamos siendo infieles a nosotros mismos, podemos observar algunos patrones:

Priorizar a los demás por encima de nosotros mismos: Nos sacrificamos por complacer a otros, incluso cuando esto va en contra de nuestros propios deseos y necesidades.

Obligarnos a estar en lugares o hacer cosas que no queremos: Nos sentimos presionados a participar en actividades que no nos aportan nada o que incluso nos incomodan.

Reprimir nuestros talentos y sueños: Silenciamos nuestra voz interior por miedo a las críticas o al fracaso, negándonos la oportunidad de brillar y desarrollar nuestro potencial.

Seguir patrones familiares disfuncionales: Repetimos comportamientos aprendidos en la infancia, incluso cuando estos no nos conducen a la felicidad o al éxito.

Comprometer nuestra palabra y nuestras promesas: Nos hacemos promesas a nosotros mismos que luego no cumplimos, lo que erosiona nuestra autoestima y confianza.

Autosabotearnos: Creamos obstáculos y excusas para no alcanzar nuestros objetivos, culpándonos a nosotros mismos por nuestros fracasos.

Apegarse a pensamientos y dinámicas negativas: Nos enfocamos en lo negativo, alimentando un círculo vicioso de pesimismo y desánimo.

Descuidar el bienestar personal: No dedicamos tiempo a cuidar nuestra salud mental, emocional y espiritual.

Buscar culpables externos: Atribuimos nuestros problemas a factores externos, negándonos a asumir la responsabilidad de nuestras propias decisiones.

El derecho y el deber de ser auténticos

Tenemos el derecho, y más aún el deber, de seguir nuestro propio camino, en congruencia con nuestros valores y aspiraciones. Cada persona tiene una historia única que contar, lecciones que aprender y sueños que perseguir.

Liberarse del miedo y abrazar la autenticidad

El miedo al rechazo o al juicio de los demás no debe ser un obstáculo para nuestra felicidad. Al contrario, debemos vencer esos miedos para seguir nuestro propio camino con autenticidad y determinación.

La única traición real es Negar la voz de Nuestro Ser

La única persona a la que podemos traicionar realmente es a nosotros mismos cuando no escuchamos la voz de nuestro ser, cuando negamos nuestra esencia y nos conformamos con una vida que no nos satisface.

Un llamado a la acción es Reconciliarse Consigo Mismo

Es momento de iniciar un viaje de autodescubrimiento y reconciliación con nosotros mismos. Dejemos de lado la infidelidad hacia nuestro ser y abracemos la autenticidad, la libertad y la felicidad que nos esperan al seguir nuestro propio camino.

%d