LOS PELIGROS DEL EXCESO

LUDOPATÍA, CUANDO UNA DIVERSIÓN SE VUELVE TU ENEMIGA

CIUDAD DEL ESTE, (Salud mental, por Redacción). Quién no es adicto a algún deporte, comida o a un simple pasatiempo. Todos a lo largo de la vida vamos descubriendo nuestras cualidades y aptitudes, las cuales nos cimentarán una personalidad. En medio a todo eso surgen también las pasiones hacia los juegos en todas sus especies y colores. Pero en realidad no todos son necesariamente tan divertidos como nos pintan.

En el cotidiano vivir siempre estamos expuestos a una gigantesca bandeja de múltiples placeres, para el olfato, el paladar, la vista, etc., andamos en busca de emociones y aventuras que nos reporten un alivio a la pesada existencia pero ello muchas veces sin “destapar la olla” antes. Y ya que hablamos de excesos sale a la alfombra roja la muy o no tan conocida “ludopatía”, un trastorno psicológico que resulta de “malcriar” demasiado al cerebro, ya que este complejo órgano disfruta de los placeres que le proveen los sucesivos y exagerados juegos de azar, en todas sus categorías.

La “ludopatía” es una adicción a los juegos bastante fuerte y, como las drogas, muy perjudicial, que lleva a quien la padece a sumergirse sin remedios en un ambiente de supuesto “dinero fácil” y divertido de ganar. El adicto que al principio se cree el “rey del mundo”, como gritó Jack en el gigante Titanic, va ganando tal vez alguito para el chupi chupis o la costilla pero de a poco la suerte ya “descendió a los infiernos” y ni quiso más resucitar, por lo cual la persona empieza su calvario de frustraciones. Ahora esta diversión se volvió su enemiga, tal vez más que la suegra, y en un momento ya dejó de suministrarle el químico que tanto le excitaba al principio, la dopamina; supuestamente dicen los científicos que el cerebro está programado para sentir placer.

Esta sustancia es la responsable de todo, cualquier situación agradable como una buena y grasienta costilla a la parrilla, pasear, un buen vino o un californiano sexo produce mucho placer, de grandes proporciones, javy’aiterei, y por lo tanto nos esclaviza y nos lleva a buscarlo una y otra vez sin parar. Con el susodicho trastorno psicológico, la adicción a los juegos de azar, no es ni será jamás la excepción, el padeciente acarrea una serie de problemas de área familiar, laboral, pareja, económica.

Las oleadas de frustraciones traen consigo como consecuencia la inestabilidad emocional, el “pire vaí” se pone a la orden del día en todo momento y en cualquier lugar. Las constantes pérdidas de dinero llevan al adicto a apostar más e incluso lo que no tiene, con el fin fantasioso de recuperar todo lo perdido. Esto señores, es muy peligroso, y las personas adictas deben recibir ayuda lo más rápido posible; son muy conocidas tantas historias de gente que lo ha perdido todo en apuestas, carrera de caballos, casino, cartas, etc., y actualmente son muy conocidas las casas de apuestas que en realidad son factorías de ludópatas “asintomáticos”. Por eso es muy importante y necesario comprender este mundo de espejismos y no caer en los tentáculos de sus delicias como ovejas al matadero sino “destapar la olla” siempre y ver qué hay detrás de las fábricas de placer, para de esa manera gozar de ellas pero meticulosamente; ya sea en el californiano sexo, en las comidas, en los chupi chupis, en la velocidad, si “don Equilibrio” y “Ña Mesura” no se encuentran, lo más seguro es que se nos escape la salud física, mental e incluso perdamos la vida.

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