CIUDAD DEL ESTE (Realidad fatídica, Carlos Roa) En este país donde todo cuesta plata porque hay que pagar por salud, hay que pagar por educación, hay que pagar para poder vivir tranquilo y aun así jamás se descansa porque si hay que pagar por todo esto significa que uno tiene que estar todo el día pensando cómo hacer dinero, y es ahí donde surgen las ideas más controversiales, donde podemos ver a una familia aparentemente de bien guardando kilos y kilos de droga en su casa, a un adulto mayor vendiendo crack en su despensa, o a un joven incursionando en la política, una señorita vendiendo videos “bailando” por el Facebook en pelotas, y así cada uno busca la forma de sobrevivir, mientras unos se ensucian o lo hacen sin tapujos, salen a la calle a exigir su celular y billetera al primero que se le cruce, trabajan en las plantaciones de marihuana o por las noches carnean vacas ajenas, otros con varios títulos e impecables corbatas se dedican a robar desde su oficina.
Así también sucede con los altos cargos políticos, es muy poco lo que se necesita para acceder a los cargos de la politiquería en nuestro país donde con solo levantar la mano en los días de sesión es como aportando par aun negociado donde se cobra por el ejercicio de levantar el brazo para que después el patrón pueda enviarle los Franklins a su casa semanalmente, quincenalmente o mensualmente, mientras tanto el pueblo padece en manos de estos sátrapas miserables escrotos de la sociedad paraguaya y que son apenas unas 200 familias que tienen el privilegio de vivir bien bajo los efectos de la delincuencia. Como sabemos las cárceles están llenas de ladrones de gallinas mientras que los verdaderos delincuentes, o los que más perjudican al país siguen en el congreso, la credibilidad en las instituciones y el estado es prácticamente nula, solo se necesita ser una cara nueva y si se puede de buena apariencia física, a esto le sumas la cantidad de votos por los que uno mismo o el sponsor pueden pagar, se promete trabajo, salud y educación, es la misma promesa de las últimas décadas y todavía sigue funcionando, por qué? porque ninguno cumplió. Ganas un lugarcito en la esfera política una vez y aseguras tu futuro, el de tus hijos, nietos y todos aquellos que te caigan bien.