03/08/2021
CIUDAD DEL ESTE (realidad fatídica, por Carlos Roa) Este es el momento oportuno donde los manifestantes están de todos los colores políticos, y que no se quiera decir que es por partidos tradicionales están estos jóvenes manifestantes y sí están por la bandera. Se están manifestando para que el país cambie, para que podamos usar nuestras riquezas que unos pocos utilizan y después se burlan de nosotros. Hay que cambiar este formato de gobierno impulsado por Horacio Manuel Cartes Jara y su títere Marito Abdo Semilla de la dictadura. Pero no sólo ellos deben irse, Sandra Quiñonez, vicepresidente Hugo Velázquez, Maligno López, sus seres queridos cercanos que robaron toda la plata en este gobierno, Mazzoleni, Sequera, algunos médicos del gremio de galenos, la mayoría de los senarratas y dipuchorros, todos tienen que ir a la cárcel y ser confiscados sus bienes malhabidos. Como así también los grandes mentirosos del contrabando, como Julio Fernández, Aldo González, Leonor Fleitas, Coco Valdovinos, Guillermo Vega Lemir, y todos los administradores que estuvieron en esta cruzada del opus dei entre evangélicos y católicos.
Realmente el Paraguay podría ser uno de los países más ricos del planeta, ya que posee un bono demográfico envidiable, energía limpia y de sobra para vender, tierras fértiles, una agricultura floreciente, una ganadería que produce la mejor carne del mundo, en fin, cualquiera pensaría que este país sería la Suiza de América. Sin embargo, debido a la corrupción política, todo esto no es suficiente y la población sufrida se debate en un mar de necesidades, con una salud pública que mata más de lo que salva, una educación que es la más mediocre de Latinoamérica y casi del mundo, con campesinos que no tienen tierras para cultivar, en fin, un pandemónium de situaciones que hacen que los habitantes de escasos recursos, que son la mayoría, vivan en la pobreza y hambreados por los capos de turno.
La culpa es del sistema implementado desde los tiempos de la dictadura Stronista, de la cual éstos son los herederos. Sabemos que Mario Abdo es hijo nada menos de quien fuera secretario privado del tiranosaurio tembelo, el que instauró este esquema corruptivo del cual hasta hoy día se enriquecen sus secuaces del Partido Colorado, con la complicidad de algunos pseudo opositores que se venden por pocas monedas. Es por esto que la población paraguaya está cansada, y ya no se conforma con migajas. Es demasiado tarde para pensar que con la renuncia de un ministro o con la destitución de dos o tres más, la gente se tranquilizaría. Fueron demasiados años de explotación, corrupción, sinverguencía, para que la gente vuelva a sus casas. La ciudadanía quiere sentar un precedente, si el presidente y su séquito de ministros y funcionarios no cumplen con la misión encomendada, deben ser destituidos sin más trámites, imputados y condenados y que sea confiscado todos sus bienes malhabidos inclusive de aquellos testaferros. Tal es así que hoy día, este presidente que gobierno de espaldas al pueblo, está entre la espada y la pared. No quiere desprenderse de sus amigos corruptos y zoqueteros, pues bien, que se retire con todos ellos y que no vuelva.
Los paraguayos están hastiados de este formato de gobernar un país rico en minerales, en hidroeléctricas, y que después de mucho tiempo se pudo juntar otra vez y vamos a ser despojados de nuestros bienes, como en la guerra de la triple alianza hicieron brasileños y argentinos.