UNA MUJER DE 40 O MÁS…

 

CIUDAD DEL ESTE (Reflexión, por redacción)) Aquellos que nunca han llevado a una mujer de más de cuarenta a la cama no saben de lo que se pierden. Esas mujeres son maestras! Únicas, sabias, son catedráticas. Llevan experiencia en la piel y sabiduría en el corazón, aprovechan el tiempo, a su edad, saben que su lívido aumenta.

Rara vez existe un: “Hoy no me apetece”

No las minimiza una menopausia, ya no son tontas, ya pasaron por malas experiencias. Ahora son como vinos añejos saben en qué posición colocarse ellas mismas para disfrutar al máximo su placer, y te mandan sutiles señales. Donde tocarles para alcanzar sus orgasmos.

Una mujer de más de cuarenta no se va a creer tus halagos inmaduros. Ellas ya no quieren la posición de siempre, ellas son quienes llevan el ritmo. Son las cowgirl de la cama, llevan un test de instrucción en cada línea de expresión y ciencia en sus dedos.

Ellas no buscan aprender y ¡créeme! Ellas van a enseñarte, mil cosas que ignoras del punto débil de una mujer. Son por inviernos maduras, pero a veces se vuelven niñas.

Les entra la primavera y pueden hacerte perder la cabeza con tiernos y atrevidos detalles desde algo cursi hasta dejarte mirarlas con nueva lencería, y usar juguetes sexuales.

Ellas no quieren ir al cine a ver solo películas rosas, ni buscan el placer sexual en cualquier hombre, ya están cansadas de patanes, pinochos y aprovechados.

Ellas escriben su propia historia, no se andan con cuentos. Ellas no son niñas jugando a ser liberales en verdes praderas. Ellas son la mismísima cima del Everest!!

Una mujer de más de cuarenta sabe cuándo entregarse por amor y para quién es un simple deseo pasajero, también sabe cuándo retirarse sin despedirse. Si acaso pierde los estribos y termina enamorada, tendrás un gran e inolvidable amor, pero ya no de esos que atan, si te vas, si se dejan, ella sabe cómo sanar sus heridas ella misma, sin ayuda de nadie.

 

 

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