CIUDAD DEL ESTE (Reflexión pandémica, por Carlos Roa) Hace 2300 años, mucho antes del Islam, los árabes descubrieron que obligar a las personas a cubrirse la nariz y boca, quebraba su voluntad e individualidad, y las despersonalizaba. Las volvía sumisas. Por eso impusieron a toda mujer el uso obligatorio de una tela sobre la cara. Luego el Islam lo convirtió en el símbolo de sumisión de la mujer a Alah, al hombre dueño del Harem, y al Rey. La psicología moderna lo explica: sin rostro no existimos como Seres independientes. El niño se mira al espejo entre los dos y tres años y se descubre como un ser independiente. A pocos animales le llama la atención un espejo, solo los delfines o chimpancés, el resto solo se individualiza por otros medios, por ejemplo su olfato.
Ellos nos dicen, quédate en casa, que nosotros te dejamos sin trabajo y llevamos tu empresa a la quiebra, esa que te costó tantos años crear. Que nosotros decidimos por ti; a qué hora puedes salir y en qué condiciones. Que “nosotros”(tus dueños) decidimos cómo te vas a morir y cuándo. Aunque no tengas dinero para comprar comida. Aunque a tu madre le queden pocos años de vida y te necesite. Y no veas a tus nietos por las dudas a que te contagien. Pero tienes que seguir pagando tus impuestos aunque no generes ingresos. Mientras nosotros creamos cortinas de humo para que te distraigas y vivas confundido con cosas banales y absurdas, y no veas lo que realmente estamos haciendo con tus derechos. Mientras reventamos la economía sacándote del medio, porque no puedes hacer nada, y te pondremos a cualquier “estudioso” que te haga creer que todo está bien, y a los policías harán cumplir mis órdenes.
Porque si sales fuera de tu casa corres el riesgo de morirte de una gripe con un 2% de mortalidad. Así podemos ejecutar nuestro plan sin escuchar protestas, porque de nada te sirven tus derechos porque están restringidos. Así te podemos controlar mejor con nuestros dispositivos aéreos aunque tú pienses que son naves espaciales de otro planeta. Así podemos continuar con nuestra agenda mundial sin interferencias. Que nosotros te dejamos una lista de entretenimiento virtual para que no te hagas preguntas sobre nueva normalidad. Que nosotros estamos trabajando duro para asegurarnos de que cada día estés más alejado de tus vínculos y te meteremos miedos. Y ojo con lo que haces porque tus vecinos también actúan como nuestros policías.
No te expongas a la luz solar, ni a los gérmenes así terminamos de destruir tu sistema inmunitario. Hablando por teléfono de estupideces y cosas absurdas mientras nosotros escuchamos tus llamadas y nos acercamos un poquito más al plan perfecto. No utilices el poco efectivo que te queda así lo sacamos de circulación y creamos una sola moneda.
Así podemos subir torres radioactivas sin que tú te enteres. Y si sales tienes que llevar una máscara puesta, para generar separación, no inmunidad. Alejate de todo lo que te hace humano, así nuestra interferencia es más sutil y no encontrarás culpables. Así vamos estudiando tu comportamiento ya que esto será la nueva normalidad. Cómo cuándo el modelo hitleriano daba órdenes y la gente cumplía. Solo que él lo hacía con armas, nosotros con tu miedo. No pelees por tus derechos como ciudadano ni por tu familia, te queremos dócil, no rebelde. Sin libertad, sin trabajo, sin vacaciones, sin capacidad de discernir, sin viajes, sin futuro, sin escuela, pero con Netflix. Mientras seguimos gestionando una dictadura gracias a tu ignorancia y tolerancia. Hasta que te deshumanicemos por completo y pierdas empatía por tu gente creando una división imposible de remediar. Repitiendo este mensaje miles de veces y diciendo a los demás, de tanto decirlo lo vas a terminar creyendo, no por dos meses o un año, sino por el resto de la vida. Enterate, no te quieren sano, te quieren esclavo.