CIUDAD DEL ESTE (Realidad Fatídica, por Carlos Roa) El 2 de noviembre se estableció como el Día internacional para poner fin a la impunidad por los crímenes contra los periodistas por impulso de las Naciones Unidas, en Paraguay hemos tenido casos de brutal sicariato contra profesionales de la comunicación y cientos de colegas son amedrentados y silenciados por hacer públicas situaciones que afectan a todos los ciudadanos. Recordemos Brevemente el último atentado que ocurrió en Paraguay de forma explícita y es la muerte del colega Humberto Coronel, con el que suman 20 los periodistas los periodistas asesinados desde el año 1991 y donde 9 de cada 10 crímenes quedan sin condena, y muchos de ellos ni siquiera se investigan alentando de esta forma a los distintos tipos de crímenes, entre los cuales esta persecución hacia los medios y a hacia los periodistas es demasiado grave pues atenta contra la democracia y la libertad de expresión, de información y de prensa.
Carlos Esteban Roa, Director Periodista de Noticias CDE y La Voz del Norte
Yo mismo he sido perseguido en reiteradas ocasiones y amenazado de muerte, amenazado con la manipulación de la institución y los instrumentos judiciales para verme perjudicado en mi salud, en mi persona y en mi vida. Lamentablemente tampoco en Paraguay contamos con profesionales abogados idóneos, impolutos, fiscales y jueces entregados a la labor de buscar e impartir justicia y por una serie de publicaciones realizadas ya hace años donde sacaba a la luz la manipulación que hubo con propiedades pertenecientes al estado, específicamente Aduanas, donde se construyó el actual Shopping del Este, información que tuvo repercusión a nivel país, por estar totalmente desencuadrado, el clan Nassar que se trata de un grupo de libaneses, hermanos y el padre de estos comenzaron una serie de persecuciones y demandas contra mi personas, esta demanda ejecutada por Bassen Nassar llegó hasta los tribunales, donde finalmente fui condenado a pena de multa y donde mi defensora, una lamentable abogada Mirtha Bastos no se ocupó de comunicarme en forma, de mantenerme al tanto de los pasos a seguir, y dejó abandonada la causa teniendo como consecuencia la declaración de mi rebeldía de parte del juez que llevaba la causa. Con el tiempo, mis fuentes dentro del poder judicial, me hicieron saber que esta defensora en realidad ya estaba jugando para el equipo de los Nassar donde estos declararon abiertamente, ante el Fiscal que solo les interesaba llevarme preso aunque sea un día para que una vez dentro de la cárcel sea ejecutado y mi historia quede en el olvido.
Una demanda que no debía correr si es que los jueces y fiscales representantes del Minsiterio Público cumplieran con su labor de analizar los expedientes antes de admitirlos solo por cumplir el formulario de mesa de entrada, la denuncia contra el clan y el usufructo de un espacio del estado sigue siendo de público conocimiento pero yo soy señalado como el supuesto delincuente que sacó a la luz.
Esta es solo una de las situaciones que he tenido que sobrellevar a lo largo de mi carrera en el ejercicio de la comunicación, donde en distintas ocasiones y de distintas formas han tratado de censurar la verdad publicada por los medios del cual soy director. Ojalá nunca tenga que ser parte de la estadística de periodistas asesinados en pos de la censura, y que ningún colega deba vivir temeroso de contar lo que ocurre en su entorno y podamos si cumplir con nuestra función de comunicadores, informadores sociales, porque es bien sabido que los medios de alcance nacional ya están todos cifrados y bajo el mando de algunos políticos de turno quienes son los que gobiernan el país y manipulan a la ciudadanía.
