HOHENAU (Enviado Especial) Existen varios tipos de violencia contra la mujer, algunas de ellas y las más frecuentes son; La violencia física, psicológica y económica. Esta última, la violencia económica es una forma de violencia doméstica. Tanto la retención de dinero, el robo de dinero, así como el restringirle el uso de los recursos económicos, prohibirle trabajar son ejemplos de abuso económico del hombre hacia la mujer.
Este sería el caso de la señora Carmen Ramona Villordo Martínez, de 43 años, a la cual su concubino Eduardo Orlando Benítez Fernández casi le deja sin un ojo. De acuerdo a datos policiales proveídos a la producción de Resumen Informativo la violencia tanto física como psicológica se viene dando de forma sistemática desde varios años atrás. La víctima, una vez más realizó su denuncia en la comisaría Nro. 12 de la ciudad de Hohenau en fecha 23/10/22 donde ocurrió el último grave hecho, la mujer casi se queda sin un ojo producto de un golpe recibido por su pareja.
El Hombre, presunto golpeador de mujeres fue detenido por la policía y puesto a disposición del Ministerio Público en donde el fiscal en lo criminal Abogado Reinaldo Castillo solicitó al Juzgado de turno la medida cautelar de prisión preventiva. Pero en la audiencia de imposición de medidas ante el Juzgado Penal de Garantías N° 1 a cargo de la Jueza Melissa Carlson la víctima Carmen Ramona Villordo, quien se comunicó vía telefónica con el juzgado, manifiesto cuanto sigue: “Que paso algo que no debía haber pasado, no me gusta que esté preso (por su pareja), pero quiero que se mantenga alejado de mí y que esté libre para que pueda trabajar y mantener a sus hijos”.
Esto hizo que la Jueza de la causa le otorgue la prisión domiciliaria al presunto autor en otra vivienda, en donde existe una carpintería, supuestamente deberá trabajar para poder mantener a sus hijos menores. Pero la triste realidad es que nadie sabe lo que pueda pasar a partir de ahora, es la terrible preocupación de los familiares de la mujer, quien aparentemente ser golpeada, violentada en sus derechos como mujer, ya le resultó ser una costumbre.