Fuimos ninguneados en plena Olimpiada

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Y EL PRESIDENTE, COMO SIEMPRE, NI FU NI FA

CIUDAD DEL ESTE. Vergonzoso. Una vez más fuimos ninguneados por los supuestos “hermanos” brasileños, cuando el viernes 5 de agosto en la inauguración de los juegos olímpicos 2016, realizado en Río de Janeiro, en el Maracana, frente a una multitud de 60 mil personas en el estadio, y alrededor del globo millones de personas, observando el desarrollo de las XXXI Juegos Olímpicos, donde ingresaron los países participantes, en una escala del alfabeto, donde Grecia ingresó primero por ser el país inventor de los juegos olímpicos y Brasil al cierre, por ser el país organizador.

Mientras que la P de Paraguay ya se venía casi al último, por el orden alfabético, pero lo más triste de todo es que la Globo, transmitiendo todos los pormenores, cuando iba a desfilar Paraguay, hicieron un enlace en el Maracanazinho, para ver cómo estaba el comité y atletas rapaiz para su momento de desfilar. Y lo más triste de todo es que al lado del presidente Macri se encontraba Des Cartes a Horacio. Y ese nada hizo por reclamar ni mucho menos se inmutó a mostrar descontento por esta situación. Frente a todo el mundo, más una vez los brasileños nos ignoraron, nos trataron de colonos, ni en las antípodas éramos tratados como una cosa y no como alguien soberano o humano. Simplemente fuimos apagados de la esfera olímpica, ya que por lo menos si veíamos algún compatriota desfilar, es muy evidente que estaríamos esbozando alegría, ya que al menos participamos, sin grandes expectativas, pero por lo menos estábamos presente. Una pena que la Ande del Brasil nos dejó a oscuras. ¿Será que tanta suerte tenemos? O simplemente porque los gobiernos de hace décadas y el actual no muestran interés al deporte. Y qué podemos decir, nuestro país para muchos es una colonia, donde los extranjeros vienen a buscar el tesoro y solo nos dejan escombros. Tal vez si las Olimpiadas fuesen de cómo saquear al Estado, en obras públicas, contratos amañados y otras sinverguenzías para libar la miel del Estado, tal vez tendríamos todas las cámaras enfocadas hacia nosotros y seríamos la antorcha de la corrupción en primer plano y con medallas olímpicas. Pero igual te quiero mi Paraguay, algún día esto cambiará, solamente no voy a poder seguir el ritmo al adagio que suele decir no hay mal que dure 100 años, porque tal vez este sueño ya no consiga ver, porque estoy por los 50 y quién sabe más 50 años ya no pueda yo estar en este planeta, sino no sabemos en qué estratosfera estaré prendido y titilante como una estrella fugaz que pasó por la tierra, con la esperanza que siempre haya humanidad entre los humanos y no ignorar al semejante por más pequeños que seamos, fueron causa de la guerra de la triple alianza, donde nos robaron un pedazo Brasil, otro pedazo argentina, y hoy somos cámara oculta en las olimpiadas de Río de Janeiro.

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