LOS VERDADEROS DESCUBRIDORES DEL CONTINENTE

LOS VIKINGOS LLEGARON A AMÉRICA HACE 1000 AÑOS, 471 ANTES QUE COLÓN

 

 

 

CIUDAD DEL ESTE (Historia, por Carlos Roa) Poseedores de una habilidad extraordinaria para la navegación, los vikingos recorrieron grandes distancias en sus icónicos barcos para asentarse en Islandia, Groenlandia, y también en Terranova, el norte de Canadá, donde se encuentran los hallazgos arqueológicos L´Anse aux Meadows (en español, “La Ensenada de las Medusas”), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978. Lo que no quedaba claro y se prestaba a la especulación era la fecha exacta en la databa la primera actividad transatlántica como primer testimonio de la presencia de colonizadores nórdicos en el territorio americano, y en las que también entraban en consideración las sagas islandesas transmitidas oralmente, donde la realidad y la ficción quedaban fundidas en sus relatos.

 

Las dudas han quedado despejadas esta semana gracias al estudio realizado por un equipo de científicos que confirma que los vikingos llegaron a América hace exactamente 1000 años, es decir, 471 años antes del primer viaje de Colón. Para llegar a dicha conclusión, los investigadores han utilizado nuevas técnicas de datación tomando como referencia una tormenta solar producida en 992 d.C, tras realizar un exhaustivamente un análisis de la tala de tres piezas de madera, de tres árboles diferentes, procedentes de los asentamientos vikingos de Terranova. Por su corte y rebanado con cuchillas de metal, se evidenció que no pertenecían a la población indígena.

El año exacto se ha podido determinar porque aquella gran tormenta solar produjo una clara señal de radiocarbono en los anillos de los árboles al año siguiente. “Nuestro enfoque es muy nuevo y se basa en algunos desarrollos recientes de la ciencia del radiocarbono”, señalan Michael Dee y Margot Kuitems de la Universidad de Groningen en los Países Bajos y coautores del estudio. “El aumento en la producción de radiocarbono que ocurrió entre 992 y 993 d. C. se ha detectado en los archivos de anillos de árboles de todo el mundo”, aclaran los científicos.

La técnica se basa en detectar en los árboles los aumentos repentinos de los niveles de radiocarbono en la atmósfera creados por las tormentas solares masivas en el pasado. “Este incremento es absorbido por los árboles y se incorpora al anillo de crecimiento de ese año. Sabíamos que una de esas tormentas de rayos cósmicos se produjo en el año 993, así que intentamos localizar este mismo aumento en los anillos para determinar cuál fue el último año de crecimiento de los restos de la madera”, explica Dee.

Cada una de las tres piezas de madera mostraba 29 anillos de crecimiento (indicando los años) antes del borde de la corteza. Al medir la concentración de radiocarbono en los anillos de la madera vikinga, los expertos pudieron empezar a tener resultados definitivos: “Encontrar la señal de la tormenta solar en 29 anillos de crecimiento de la corteza nos permitió concluir que la actividad de corte tuvo lugar en el año 1021 d.C.”, explicó la Dra. Margot Kuitems, también de la Universidad de Groningen y primera autora del trabajo.

El asentamiento, de L´Anse aux Meadows, en el extremo norte de la isla canadiense de Terranova, fue descubierto por el investigador noruego Helga Ingtad y su esposa, la arqueóloga Anne Stine Ingtad en 1960. Está formado por ocho edificios con entramado de madera cubiertos de césped sobre un pantano y un arroyo, y son la prueba de la llegada de los vikingos al Nuevo Mundo. Existía la creencia generalizada de que “La Ensenada de las Medusas” eran del siglo XI. No obstante, aunque las pruebas botánicas en L’Anse aux Meadows han confirmado que los vikingos exploraron tierras más al sur de Terranova, aún siguen quedando algunas preguntas en el aire respecto al periodo de permanencia y la dimensión de la comunidad vikinga que permaneció allí. “Aún no está claro cuánto tiempo estuvo ocupado el asentamiento, puede haber sido durante una década o menos, aunque todas las pruebas arqueológicas sugieren que la estancia fue relativamente breve con quizás 100 personas nórdicas presentes al mismo tiempo”, dijo Dee, detallando que “sus estructuras se parecían a los edificios nórdicos de Groenlandia e Islandia”.

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