CIUDAD DEL ESTE (Salud, Redacción) En las últimas semanas ha salido a la luz a nivel mundial los casos repentinos y colectivos que están ocurriendo acerca de la hepatitis aguda infantil, y aunque quieran decir tantas tonterías como que esto es una consecuencia del encierro durante la pandemia, estamos más que seguros y a los hechos nos remitimos, de que esta es una consecuencia de la vacunación anti covid que se realizó de manera obligatoria y no es ninguna coincidencia que sean los mismo países donde están los niños menores de cinco años necesitando trasplantes de hígado. Para completar nuestra desgracia resulta que Paraguay no tiene capacidad para responder a esta situación y en caso de que algún caso de hepatitis aguda infantil se dé en el territorio nacional se prevé que el paciente viaje hasta Argentina a recibir tratamiento y en casos más graves un trasplante de hígado.
Una vez más visualizamos las gravísimas consecuencias de haber manipulado al pueblo aterrorizado con tantas mentiras. En primer lugar intimidaron a la población con una enfermedad supuestamente desconocida pero con todos los síntomas de una pulmonía, más tarde mintieron a la humanidad hablando de una cura milagrosa y presentando a la vacuna experimental como única salvación, negando que esta sea experimental, negando el desconocimiento sobre los efectos adversos, en Paraguay encubrieron a los muertos “súbitos” que poseían 2 y 3 dosis de la vacuna, también escondieron a los jóvenes adultos saludables que repentinamente sufrieron fallas renales e incluso el gobierno se presentó para ayudar a quienes tuvieron secuelas motrices quedando en silla de ruedas, paralizados por una vacuna que nadie conoce el contenido ni el valor pero que hoy todos debemos pagar con salud o con impuestos.
Y la decadencia va en aumento cuando a nivel mundial se presenta hoy, luego de cientos de vacunados, la reacción adversa más tétrica donde niños inocentes está sufriendo de hepatitis aguda, en México están censurando a la Dra. Karina Acevedo por haber dicho lo más obvio, esto surge justo después de la vacunación infantil, y justo después de que niños no vacunados estén en contacto con adultos que han recibido varias dosis de la vacuna anti covid.
Como si esto fuera poco, es de público conocimiento como en Paraguay la salud es escasa o nula, el sistema sanitario eternamente colapsado, eternamente carente, donde cualquier trabajador es obligado a demostrar su formalidad aportando contra su voluntad al Instituto de Previsión Social precario y mediocre. A esta situación cotidiana se suma la inminente llegada de la hepatitis aguda infantil situación ante la que Paraguay no posee modos ni medios de enfrentar, la solución? Enviar a los pacientes a Argentina a mendigar y peregrinar por atención médica en un país donde tanto discriminan a los paraguayos.
Fallaron con el pueblo Mazzoleni, capitán de un barco hundido, Sequera un charlatán al que presumiblemente pagaron para que finja no ver que estas vacunas no cumplían con el mínimo proceso científico, Euclides Acevedo, Julio Borba y el mismísimo Pte de la República que bajo engaños, e infundiendo terror en la ciudadanía persuadieron y obligaron a la vacunación sin contar a la población que esto era un experimento y no un simple virus atenuado como generalmente son las vacunas, un experimento del cual si hubieran efectos secundarios, cosa que no sabían, y evidentemente hay nadie se haría responsable y obviamente, nadie le devuelve la vida a aquellos que mueren por misteriosos trombositos o coágulos en la sangre, nadie le devuelve la salud a aquellos que hoy están dializando, tanto decimos “con los niños no” pero corriendo fueron a vacunar a menores con un veneno distribuido por Ministerio de Salud.